En 1988 Jaume Gramona planta la primera viña experimental de Pinot Noir del Penedés. Nueve años más tarde nacía “Bru de Gramona”, único vino tinto de la bodega. Y en 2009 (debido al calor de ese año) al equipo técnico se le ocurrió la idea de dejar sobremadurar la uva en el viñedo, hasta alcanzar la pasificación y poder elaborar un vino dulce. Así comenzó la historia que hoy es “Gra a Gra Pinot Noir”, un vino dulce natural seleccionado uva por uva (“gra a gra”) en mesa de selección y con 7 meses de crianza en botas de roble francés.
Tengo que confesar que en un principio, la idea del primer Gra a Gra que presentó Gramona no me seducía mucho. Y "nobleza obliga", este Pinot Noir dulce ha dado mucho que hablar en la mesa.
Presentado en sociedad en una botella elegante y estilizada, de líneas y curvas sutiles, nos anticipa su contenido. El detalle de la presentación es muy importante, porque desde el comienzo empieza jugando a seducir y dejarse mirar.
El tono sutil de la pinot noir aparece en forma de frutas rojas y flores. En boca es suave, liviano y envolvente. Un contrapunto final de acidez redondea el dulzor inicial, y evita que se vuelva empalagoso. Como punto a favor hay que agregar que tiene un cuerpo más bien ligero por ser un vino dulce, y eso también sorprende en un primer encuentro.
Si como vino dulce está indicado para postres (pasteles, cremas, chocolates), es mejor idea servirlo al principio de una comida con quesos o foies. Como opción, la posibilidad de servirlo a media tarde a la hora del té, ya sea con hojaldres salados o bien hojaldres con nata o chocolate.
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